Cuando el mar pide respeto

Vaya salida a remar ese miercoles cuando el viento norte nos invito a jugar hacia la caleta portales donde las olas llamaban a ser montadas, decidimos hacer la practica de entrar y salir por playa, esa practica ya solicitaba algo de adrenalina; yo como siempre era el monitor a mostrar como desembarcar, asi que fui sobre la ola y sali bien aunque me detube un segundo para que una ola mas grande me tomará y asi sobrevivir.

Al principio era mi necesidad de adrenalina, después se convinó con la muestra de la práctica, en fin era un reto cada ola con tamaño de un metro y medio recuerdo una que me hizo parecer castillo de arena, me hizo pomada y el mar me escupió con tal determinación. Debí entender el mensaje cuando esa ola me mando de una cachetada a la playa. después de una dosis de adrenalina y de que algunos chicos no lograran ni siquiera desembarcar en la playa. Comenzamos en el regreso el viento era muy fuerte y teniamos que remar con el en contra, dos de las chicas se estaban convirtiendo en victimas de viento y no avanzaban, asi que entre el lider de travesía y yo decidimos que era necesario remolcarlas. al principio era una tarea sencilla, ya lo habia hecho en otras ocasiones. Pero cuando sujete el kayak de una de las chicas y decidí conmenzar a palear el destino tendría una lección para mí, e inevitablemente vi como mi remo se partia en dos complicando aun más la situación; en ese momento solo le dije a la niña que estaba remolcando que me cambiará el remo y así fué, remé con el viento en contra, por momentos parecía vengarse el mar pero al fin después de llegar al muelle Barón y sobrevivir; decidí tirarme al agua relajarme y fue tal mi emoción que me di cuenta que estaba nadando sin traje de neopreno, ni chaleco salvavidas esta totalmente en condiciones de disfrutar esa agua que por mucho tiempo me era imposible disfrutar estamos hablando de agua con temperatura alrededor de los 14 grados celcius.

Así fue como aprendí que el mar tambien merece respeto. Me pusó en condiciones dificiles, pero al final me perdonó y me demostro como el ser humano puede vivir en armonia con el mar.

Aguas claras y viento a un largo!!!

Gracias Valparaiso, Gracias Chile!!!