Armar la mochila es una de las actividades más cotidianas, aún recuerdo cuando mi madre me presionaba por empacar una semana antes cuando iba a viajar a Chile por primera vez, y terminé empacando 2 horas antes del vuelo, esa habilidad sorprende a propios y extraños, puedo tener una selva de ropa y equipo en mi habitación, pero cuando tengo que partir todo queda en su lugar, como si tuviera un genio que cumple todos mis deseos.
Son esas cosas asombrosas que hoy caracterizan mi estilo de vida; que cambia radicalmente.
A veces tengo una semana entera de fiestas, despues tengo un mes entero de trabajo, luego quince dias de viaje. Wow no crei que hiciera tantas cosas, hasta hoy que rindo cuentas al blog.
Muchos quisieran tomar el modelo para ponerlo en practica y vivir una vida diferente a la que disfrutan... Pero creanme no es fácil.
Pensar en la chica que te espera, añorar la comida de casa, pasar frío, dormir menos horas de lo normal, ahorrar obligatoriamente, decidir entre comer o viajar en bus, mirar a tus amigos una vez cada dos meses, estar enfermo y no poder parar... solo son algunos pequenos ejemplos.
Solo tienes a tu mochila quien muchas veces será factor de desición, quién te apoya siempre sabe si te vas, o te tiende la mano para que te quedes un día más. Quién te abraza a cambio que la cargues y sabes que siempre te será fiel, guardara todo eso que quieres que te acompañe, una carta, un peluche, tu chaqueta favorita, un termo cargado para preparar un mate.
Es fácil viajar, pero a veces la mochila pesa. Y es bueno porque te hace recordar que quieres volver y te hace valorar lo que tienes por lo que luchas y sobre todo por lo que viajas.
Pero, ¿Por qué pesa? Porque ella toma la forma del sueño que contiene...
Así que, no es preciso viajar sin un sueño, porque entonces la mochila no pesa, sino que además estorba.
Tuku
23 diciembre 2007
Cuando la mochila pesa
Pensar en viajar ya es una constante en mi vida, llegar a casa, vaciar la mochila, lavar la ropa, mirar el calendario, y muchas veces solo el reloj; para saber a que hora tengo que partir de nuevo.
Armar la mochila es una de las actividades más cotidianas, aún recuerdo cuando mi madre me presionaba por empacar una semana antes cuando iba a viajar a Chile por primera vez, y terminé empacando 2 horas antes del vuelo, esa habilidad sorprende a propios y extraños, puedo tener una selva de ropa y equipo en mi habitación, pero cuando tengo que partir todo queda en su lugar, como si tuviera un genio que cumple todos mis deseos.
Son esas cosas asombrosas que hoy caracterizan mi estilo de vida; que cambia radicalmente.
A veces tengo una semana entera de fiestas, despues tengo un mes entero de trabajo, luego quince dias de viaje. Wow no crei que hiciera tantas cosas, hasta hoy que rindo cuentas al blog.
Muchos quisieran tomar el modelo para ponerlo en practica y vivir una vida diferente a la que disfrutan... Pero creanme no es fácil.
Pensar en la chica que te espera, añorar la comida de casa, pasar frío, dormir menos horas de lo normal, ahorrar obligatoriamente, decidir entre comer o viajar en bus, mirar a tus amigos una vez cada dos meses, estar enfermo y no poder parar... solo son algunos pequenos ejemplos.
Solo tienes a tu mochila quien muchas veces será factor de desición, quién te apoya siempre sabe si te vas, o te tiende la mano para que te quedes un día más. Quién te abraza a cambio que la cargues y sabes que siempre te será fiel, guardara todo eso que quieres que te acompañe, una carta, un peluche, tu chaqueta favorita, un termo cargado para preparar un mate.
Es fácil viajar, pero a veces la mochila pesa. Y es bueno porque te hace recordar que quieres volver y te hace valorar lo que tienes por lo que luchas y sobre todo por lo que viajas.
Pero, ¿Por qué pesa? Porque ella toma la forma del sueño que contiene...
Así que, no es preciso viajar sin un sueño, porque entonces la mochila no pesa, sino que además estorba.
Tuku
Armar la mochila es una de las actividades más cotidianas, aún recuerdo cuando mi madre me presionaba por empacar una semana antes cuando iba a viajar a Chile por primera vez, y terminé empacando 2 horas antes del vuelo, esa habilidad sorprende a propios y extraños, puedo tener una selva de ropa y equipo en mi habitación, pero cuando tengo que partir todo queda en su lugar, como si tuviera un genio que cumple todos mis deseos.
Son esas cosas asombrosas que hoy caracterizan mi estilo de vida; que cambia radicalmente.
A veces tengo una semana entera de fiestas, despues tengo un mes entero de trabajo, luego quince dias de viaje. Wow no crei que hiciera tantas cosas, hasta hoy que rindo cuentas al blog.
Muchos quisieran tomar el modelo para ponerlo en practica y vivir una vida diferente a la que disfrutan... Pero creanme no es fácil.
Pensar en la chica que te espera, añorar la comida de casa, pasar frío, dormir menos horas de lo normal, ahorrar obligatoriamente, decidir entre comer o viajar en bus, mirar a tus amigos una vez cada dos meses, estar enfermo y no poder parar... solo son algunos pequenos ejemplos.
Solo tienes a tu mochila quien muchas veces será factor de desición, quién te apoya siempre sabe si te vas, o te tiende la mano para que te quedes un día más. Quién te abraza a cambio que la cargues y sabes que siempre te será fiel, guardara todo eso que quieres que te acompañe, una carta, un peluche, tu chaqueta favorita, un termo cargado para preparar un mate.
Es fácil viajar, pero a veces la mochila pesa. Y es bueno porque te hace recordar que quieres volver y te hace valorar lo que tienes por lo que luchas y sobre todo por lo que viajas.
Pero, ¿Por qué pesa? Porque ella toma la forma del sueño que contiene...
Así que, no es preciso viajar sin un sueño, porque entonces la mochila no pesa, sino que además estorba.
Tuku
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